Testimonio I PARTE SU CONVERSION - PASTORADO EN COSTA RICA

Para un mejor entender de la vida y ministerio del hermano Guerra, describimos las etapas en que hemos plasmado en éste blog sus diferentes etapas:

I PARTE
Periodo que abarca desde su conversión al llamado ministerial a pastorear en Costa Rica.

II PARTE
Periodo que abarca finales de su pastorado en Costa Rica y nombramiento como Supervisor Nacional en El Salvador.

III PARTE
Periodo que abarca nombramiento como Supervisor Nacional en Costa Rica y Territorio de Zacapa, Guatemala.

IV PARTE
Periodo que abarca desde su renuncia a la Supervisión en el Territorio de Zacapa, Guatemala y su regreso a Costa Rica,

V PARTE
Parte a la presencia del Señor.

VI PARTE
Algunos reconocimientos a su ministerio.

Testimonio del Doctor José Enrique Guerra c.c. hermano Guerra
Doctor Honoris Causa, pastor, maestro, evangelista, conferencista internacional, misionero, Pionero del programa Adelante en la Fe, supervisor nacional de la Iglesia de Dios en Costa Rica, El Salvador y Supervisor del Territorio de Zacapa, Guatemala:
A Continuación:

I PARTE
Periodo que abarca desde su conversión al llamado ministerial a pastorear en Costa Rica.
* Su testimonio, sus inicios, sus sueños, sus inicios ministeriales.
 
Testimonio de la sanidad
Según comentarios de muchas personas, tanto en Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Estados Unidos y Puerto Rico, el ministerio del hermano Guerra fue de gran bendición, ya que dedicó cada minuto de cada día que Dios le regalo después de su sanidad; para anunciar las virtudes que Dios había hecho en su vida.
Todos conocieron al hermano Guerra -en el ministerio-, pero… antes de que el hermano Guerra, recibiera al Señor Jesús como su salvador personal, su salud estaba en total deprimente y agonía.
De visita a ciudad Quezaltenango, Guatemala, 1958.
Aunque tenía mucho éxito en el área económica, era mecánico especializado en maquinas de oficina y trabajaba en muchas entidades, bancos y empresas que utilizaban sumadoras, registradoras y todo lo relacionado contable en aquel tiempo, mantenía una vida totalmente desordenada en cuanto a los vicios de tomar y fumar.  Decía nuestro padre “que él se fumaba hasta 4 cajetillas de cigarros al día”, además, por tanto alcohol su intestino estaba totalmente destruido.
Por su profesión, ganaba muy bien, tenía dinero, pero no tenia salud, situación que le obligó a consultar 18 especialistas y el diagnostico siempre era el mismo: “tenia totalmente destruido el sistema digestivo, Si lo intervenían quirúrgicamente, el mejor resultado era poner unas mangueras de hule las cuales podrían aliviar la situación por unos 6 meses”, de tal manera que tenía una bolsa plástica adherida a su sistema, para ahí hacer sus necesidades biológicas..
En su desesperación por sanidad, él buscaba el sacrificio y la penitencia como medio para su perdón. En Semana Santa, él pagaba los más altos precios para que le permitieran cargar las imágenes que sacan en nuestros países para las procesiones.  A él le habían dicho “que entre más pagara y entre más pesada fuera la imagen y entre más veces las cargara, mas rápido conseguiría sanidad ya que él tenía que pagar por sus pecados. Le decían que si la imagen le resultaba muy pesada era porque sus pecados pesaban mucho, así que era mejor que la cargara varias veces.”. (En aquellos tiempos, Guatemala era uno de los países más religiosos y tradicionalistas del área centroamericana)

Imagen del Santo Sepulcro en la procesiones religiosas de Semana Santa, Ciudad  de Guatemala,
Él; sobornaba, para que lo dejaran cargar las imágenes, inclusive estando borracho. Ellos por las grandes cantidades que pagaba, lo dejaban cargarlas (pagaba a los curas, era amigo íntimo de ellos de parranda).  Un día de semana santa, estando totalmente borracho y cargando la imagen más pesada, de la misma borrachera tropezó y desequilibró la procesión a tal grado que hizo que todos los que cargaban la imagen perdieran el balance y la imagen se cayó.  Cuando cayó la imagen, se rompió el fondo de la caja donde llevaban la imagen y salió de ella un motor de camión.  Aunque ahí vio que lo que pesaba no eran sus pecados, sino el motor de camión, por la ceguera espiritual que tenia, simplemente arreglaron el fondo de la caja donde llevaban la imagen y la siguieron cargando.
Obviamente estos sacrificios nunca le proporcionaron la sanidad de su intestino que tanto anhelaba. En su desesperación por conseguir su sanidad y habiendo agotado todos sus recursos en cuanto a doctores, especialistas y cuanto agorero apareciera, al fin cayó en las manos de una bruja la cual le dijo que la única solución para su problema era haciendo un “pacto con el diablo

Elsa y Enrique, en la recepción matrimonial


Elsita y Enrique, a la salida de la iglesia.
 Nuestro padre conto varias veces su testimonio en presencia de nosotros sus hijos.
Carlos Enrique, hijo del hermano Guerra, relata el acontecimiento de la siguiente manera:
“Por su desesperación de conseguir sanidad, una bruja se le apareció en su camino, a lo que le consultó desesperadamente “!dígame qué tengo que hacer, para recibir sanidad!”, ella contesto: “pactar con el diablo”, le citó en “su oficina” y le dijo “si estás dispuesto a pactar con é!,  tienes que ir a un lugar llamado Aguas Amargas (un cerro muy alto que está a la par de un balneario con el mismo nombre a 210 kilómetros de distancia). Esta es la lista de las cosas que tiene que llevar: Candelas, crucifijos, rosarios, imágenes de la virgen, mescal), ésta le cobro una fuerte cantidad de dinero y le dijo que la cita era a las 12:00 medianoche en el Cerro Aguas Amargas.



Balneario y Cerro Aguas Amargas, Totonicapan, situado a 210 kilómetros de la capital Ciudad de Guatemala, lugar de encuentro.
El lugar escogido (Aguas Amargas) está en una de las montañas más altas del Departamento de Totonicapán, Guatemala, a 210 kilómetros, como a 4 horas de Ciudad de Guatemala, lugar en donde él vivía.  Así que el día pactado, se fue temprano para conseguir hotel (Hotel y Restaurant Chela), sin poder comer nada, ya que vivía a base de inyecciones, sueros, debía usar pañales desechables para adulto-, descansó unas horas para estar listo para su encuentro a media noche.

Después de tomar su jugo, -porque por su enfermedad no podía comer nada sólido-, descansó unas horas para estar listo para su encuentro de esa noche, se bañó, se arregló y se fue al parque como a eso de las 7:00 de la noche, a pasar el tiempo mientras llegaba las 12:00 de la noche, tenía tiempo de sobra.
Estando sentado en una de las banquetas del parque, _cuenta El_ que: “pasó una muchacha muy linda, e Inclusive así en la condición de su enfermedad, él le dijo a la muchacha: -Señorita, permítame acompañarla, pues yo con usted voy hasta el fin del mundo.  Ella muy amable le dijo: _ Si usted me acompaña a donde yo voy, con gusto le permito que vaya conmigo.  Él le dijo: Ya le dije que hasta el fin del mundo voy con usted”.
Resulta que la muchacha era una cristiana que asistía a un culto familiar o célula cristiana cercana al parque, al no ver nada que la identificara como “iglesia cristiana”, entró con confianza, pensando que era como una fiesta o reunión de amigos, con tal de poder estar con la muchacha y el interés que había despertado, pensando que después de esa noche ya él estaría sano, no perdía la oportunidad de seguirla acompañando. . La pequeña casa se llenó y él estaba hasta adentro de la casa, por la vergüenza de no querer molestar a la gente para salir, se quedó sentado y “por designio Divino” escuchó el mensaje. 
El asunto fue que, estuvo en todo el servicio.  Escuchó las alabanzas, escuchó la lectura de la Palabra de Dios y escuchó todo el mensaje de esa noche, casualmente o mejor dicho “causalmente’ porque todas las cosas que Dios hace tienen una causa y un efecto, así que “causalmente” esa noche el tema del mensaje fue: “NO HAGAS PACTO CON EL DIABLO, HAZLO CON DIOS”, quedó muy impactado por el mensaje. él pensaba… “aquí me hablan de pacto con Dios y yo hoy voy hacer pacto con el diablo.
La reunión terminó a las 10:30 p.m. (diez y media de la noche), ¡como buenos pentecostales!  Lo curioso del caso es que al buscar a la famosa muchacha, nunca la encontró, muy obstinado por esta situación, tomó un taxi que lo llevara al hotel a recoger las cosas que le habían pedido para ir a la cita con el diablo y hacer pacto y se dirigió al lugar.
Cuenta mi padre que Cuando él iba subiendo esa montaña, había vientos huracanados, ruidos por todas partes y mucho olor azufre”   Josué le preguntaba a nuestro padre: “Y usted no sentía miedo?” él nos decía: “Hijos, yo sabía a dónde iba y con quien me iba a encontrar, así que lo único que tenia era ganas de ser sano”. Siguiendo las instrucciones de la bruja a la hora acordada “..se sujetó a un árbol”, las fuerzas extrañas se incrementaron “sintió como si un montón de avispas le estuvieran pasando por su cuerpo”, pasaron los minutos y horas y no hubo el tal pacto.  Muy cansado de tanto batallar y esperar, se le apareció un personaje vestido “como con una sotana negra” y le dijo “vuelve mañana por la noche, a la misma hora en este mismo lugar…para hacer el pacto ofrecido, él (diablo) te ofrece dinero, fama y salud”, nuestro padre le dijo “con la salud, más que suficiente…tengo mucho dinero y la fama no me interesa.
Al otro día, nuevamente siguiendo las instrucciones de la bruja “se volvió a amarrar al árbol”, esperó y esperó por mucho tiempo y nunca se le apareció el enemigo. Sintiéndose burlado, muy enojado fue a “la oficina de la bruja” y ella estaba mucho más enojada, cuando tocó a la puerta “le tiró las candelas, imágenes, candelabros”, todo lo que la bruja le había pedido, ella muy enojada le  gritó que le explicara “¿Por qué?... ¿Por qué había tenido contacto con los cristianos?
La bruja le tiro la plata en el suelo y le dijo: “Ya el diablo no quiere hacer pacto con usted!!” El dijo:    ¿Queeeeé?” y agregó: “Dice el diablo que no quiere saber nada  de usted, no quiere hacer pacto con usted,  usted estuvo en una reunión cristiana, escuchó la Palabra de Dios, las alabanzas y aunque no hizo la decisión al llamado que le hicieron –en su corazón usted quiso recibir a Jesús como su Salvador Personal- …_ Así que… por haber ésa situación y haber escuchado la Palabra de Dios, el diablo ya no puede hacer pacto con usted”.
Mi padre en ese momento no entendió y más decepcionado por lo sucedido, regresó a la capital,  expresando: CARAMBA, NI DIOS NI EL DIABLO ME QUIEREN!!!”.
Con fuertes dolores en su organismo por la enfermedad, se dirige de regreso a la ciudad de Guatemala, muy obstinado, decepcionado, en el trayecto toma la decisión de “quitarse la vida”, por lo que “escribe una carta aclarando los motivos de esa decisión”, para que no culparan a nadie.
Al llegar a ciudad de Guatemala,  busca el puente Las Vacas (ACLARACIÓN: son 2 puentes paralelos uno Las Vacas: para uso del ferrocarril y el otro Belize, para uso normal, y estos estaba a punto de ser  inaugurados por el Presidente de la República de Guatemala,  en aquel entonces, el más alto de Ciudad Guatemala, unos 300 metros de altitud) …ahí estaba listo para lanzarse y de esa forma terminar de una vez con la triste vida que había tenido.



A la izquierda el Puente Belize, derecha, Puente las Vacas, Ciudad de Guatemala, lugar en el cual intentó lanzarse el hermano Enrique Guerra.
Estando a punto de tirarse, escucha a lo lejos una persona que venía corriendo hacia él y gritaba desesperado “¡Amigo!!!! Aaammiiigoo!!”  y al acercársele más pudo escuchar de ese desconocido las palabras más disparatadas  “Si usted sufre, sufre porque quiere”, esa exclamación la dijo varias veces. Mi padre no podía creer lo que escuchaba, así que volteo para ver quién era.  Una persona un poco mayor que él estaba con una franca sonrisa, repitiendo la misma oración: “¡Si usted sufre… sufre porque quiere!”    Mi padre le dijo: “¡no sea tonto!  Como se le ocurre que uno va a sufrir porque quiere….no me moleste porque no tengo buenas intenciones en este momento..y si sigue molestándome, nos vamos los dos”. 
El desconocido le dijo:  “Si sufre, sufre porque quiere, porque hay un Dios que le puede ayudar”.  Mi padre contesto:  “No me vengas a hablar de religiones. Estoy arto de esos engaños.”  El hombre le contesto: “En ningún momento te estoy hablando de religión… Estoy hablando de una relación con Jesucristo…eso es la diferencia”..
Pero ése personaje misterioso, insistió e insistió en repetirle lo mismo, hasta que logró atraer la atención del hermano Enrique, estuvieron hablando sobre el tema por un buen rato, hasta que logró que el hermano Enrique le dijera “¿Cómo  se le ocurre que alguien va a querer sufrir por su propio gusto???”, el misterioso personaje le contestó “Sí eso pasa, porque hay un Dios en el cielo que puede ayudarle y usted no le ha pedido su ayuda en el camino correcto”, muy indignado por esa afirmación el hermano Enrique le dice “a mi Dios no me quiere!!” y le enseñó el hombro totalmente inflamado de cargar el famoso “Santo Entierro” en las celebraciones religiosas guatemaltecas El personaje le dijo “si usted toma este camino, llegaría a Puerto Barrios”? y él le responde “Por supuesto que no!”, vuelve el personaje a hacerle similar pregunta “y si toma este otro, llegaría a la capital?” y volvió a responder “No!”.  Entonces el personaje empezó a hablarle directamente del amor de Dios y le dijo “Hay un solo camino que lleva al cielo y ése camino es Jesucristo….etc..”. Al final el hombre le lanzó a mi padre el reto más atrevido, le dijo:  Porqué no intenta visitar mi iglesia esta noche?, es cerca de aquí en Barrio San Antonio, Zona 6”, no muy convencido de semejante propuesta le dice al personaje misterioso “Voy a ir a esa iglesia, pero si usted no me sana, le rompo la cara”. El personaje le responde “Si Dios no hace un milagro en su vida, yo vengo con usted y nos tiramos juntos en este puente”..
Como todo el mundo tiene amor por la vida, aunque esta sea una porquería… mi padre acepto el reto.
Nuevamente entró a una iglesia y escuchó las alabanzas y el mensaje.  Cuando hicieron invitación para recibir a Jesús como su Salvador personal, el no paso… pero cuando dijeron que si había alguna petición por sanidad, ahí pasó.  Fue en ese momento que el personaje misterioso, que sería el Pastor Félix Cifuentes, comenzó a orar, no tuvo necesidad de imponerle las manos sobre su cuerpo, pues cayó desmayado. Estando en el suelo, tuvo una visión “..de un caracol gigantesco que se le clavaba en el estómago y le quemaba.. Donde ángeles venían como con unos taladros y se los metían en el estómago. El miraba que los ángeles bajaban y subían y cada vez que regresaban le volvían a meter ese caracol taladro en el estomago.”. El culto terminó y después de varias horas de ese acontecimiento, mi padre continuaba desmayado, el pastor estaba preocupado pues no despertaba, Al final solo estaban el pastor y él en la iglesia.
Después de esa experiencia tan sobrenatural, fue cuando el pastor nuevamente  le preguntó: “que si quería recibir a Jesús como su salvador personal?”, el dijo que si… y así salió a la ciudad. El pastor una y otra vez le decía: “usted ha sido sano, ¡créalo!… y después testifíquelo a otros”.
Cuando salió de esa iglesia, sintió un cambio en su condición física, se sintió bien y ya no tenia los dolores fuertes de estomago que siempre lo acompañaban, sintió algo que en años no había sentido “una terrible HAMBRE, HAMBRE DESESPARADA!!”. Por años, no había probado comida, pero… como estaba dispuesto a suicidarse sino era sano, pensó que iba a comer rico por última vez y después se tiraría del puente.
Por lo difícil de su enfermedad él vivía solo, en ese tiempo estuvo separado de su esposa la hermana Elsa, ya su primer hijo Carlos, había nacido)… Estando en su habitación, siguió sintiendo hambre y decide ir a esas horas de la noche a un restaurante y pidió “arroz, frijoles, carne y ensalada… ¡ah! Y por supuesto un café”, le echó bastante chile (picante)  a la comida…la idea era morir de indigestión,  Cuál fue su sorpresa que después de comerse todo eso, se seguía sintiendo bien.  Mas sorpresa aun, cuando realizó sus necesidades fisiológicas con normalidad y sin ninguna complicación posterior, ¡Ahí se dio cuenta que estaba completamente sano!
Inmediatamente se fue para la iglesia donde habían orado por él, pero para su decepción estaba cerrada.   El pensó que era como las católicas que pasan todo el día abiertas.  Se quedo ahí esperando hasta que anocheció.  A las 6:30 apareció el pastor para abrir la iglesia para el culto.  (En nuestros países centroamericanos se tienen servicios o cultos todos los días y el domingo es en la mañana y en la noche)  Ahí ya consiente le pidió al pastor “que repitiera la oración de entrega de la noche anterior”, y voluntariamente recibió a Jesús como su Salvador y como su Sanador, Luego le dice el hermano Enrique al pastor Félix Cifuentes: “dígame, ¡dígame cuánto le debo!, usted me sanó, dígame cuánto es”, muy sonrientemente y lleno de regocijo por este gran milagro el pastor le dice “usted no me debe nada a mí, se lo debe todo a Cristo… pero él no cobra, pues por amor murió por usted y su sacrificio le da salvación y sanidad”
Con el poco conocimiento que tenia de la Biblia, pero con un testimonio poderoso que le respaldaba, salió de esquina en esquina de la capital, cerca del mercado y en los parques, y con un altavoz, daba su testimonio de todo lo que Dios había hecho en su vida.  Las personas no solo lo escuchaban, sino que se acercaban para recibir a Jesús como su salvador, pues conocían su deplorable estado y se quedaban asombrados del cambio que Dios había operado en su vida.
 A los quince día de su sanidad estaban inaugurando el puente Belice y aprovechó ir con su camioneta  bien equipada con equipo de sonido y cuando el presidente terminó la ceremonia entonces él se paró encima del carro y empezó a dar su testimonio " AMIGOS EN ESE PUENTE QUE VEN AHI (señalando el puente las vacas)  yo me iba a quitar la vida hace 15 días.  De inmediato toda la gente incluyendo al presidente que había asistido a la inauguración tenía sus ojos puestos sobre él, esperando escuchar más.  Ahí mismo el comenzó a contar todo el testimonio que ya ustedes leyeron y… muchas personas recibieron al Señor Jesús como su salvador y se congregaban en la iglesia donde había recibido la sanidad.
Producto de este sentir y testificar, la iglesia comenzó a llenarse, de tal manera que ya no había espacio suficiente para la gente en  los días de culto.  Mi padre seguía predicando diariamente y ahí fue donde comenzó su ministerio     
Con denuedo compartía la palabra…muchos eran sanados y salvos
La iglesia actualmente está ubicada en Barrio San Antonio, Zona 6, ciudad de Guatemala, su pastor, amigo y compañero de ministerio fue el hermano Félix Cifuentes, quién consciente del potencial ministerial que abrigaba mi padre lo envió a un retiro ministerial en una localidad llamada Chuicaca, Departamento de Quetzaltenango, Guatemala.  

Tabernáculo dónde el Hermano Enrique Guerra, recibió su llamado ministerial. Chuicacha, Guatemala.
 El poder de Dios se movía maravillosamente en esa actividad y fue cuando un misionero norteamericano el Reverendo Virgilio Wolf, quien era el conferencista invitado para esa ocasión, Dios le usó con discernimiento de espíritu y profecía, estando el recinto lleno, el comenzó a decir por medio del micrófono “lo que Dios había hecho en la vida de una persona que estuvo a punto de hacer pacto con el diablo, que había estado a punto de  suicidarse..” y finalmente dijo “quiero que esa persona venga, porque Dios tiene un mensaje para él”.  Mi padre quedó sorprendido por ése mensaje tan directo, la gente que estaba a la par de él se quedaron maravillados, pues no cesaba  de llorar, lloraba como un niño.    Al pasar donde estaba el misionero le dijo: “Haz sido sincero, has respondido al llamado que Dios te ha hecho, Dios tiene grandes cosas para ti él te llevará a lugares lejanos para que des tu testimonio y levantes la obra”.  Mi padre le dijo “hermano no puedo irme muy lejos, no puedo dejar mi trabajo” a lo que el misionero le replicó “ése no es asunto mío, ése no es mi problema, Yo recibí el mensaje de Dios, así que peléese con Él”.

A manera de ubicación respecto a éste lugar  y la importancia en el despertar espiritual: CHUICACA....

CHUICACA UNA LEYENDA VIVIENTE

Chuicacá, una pequeña aldea enclavada en una de las altas cumbres en el departamento de Totonicapán, habitada por gente humilde de lengua, costumbres y cultura Quiché, aparece también en la agenda de Dios, como el lugar escogido para ser un «Aposento Alto” en Guatemala.

La historia de Chuicacá cobra relevancia cuando en enero de 1928 se celebró la Primera Convención en dicha aldea; los asistentes fueron un promedio de 30 hermanos, sin embargo a medida que los años vinieron los asistentes fueron aumentando, pero lo más glorioso de Chuicacá lo constituye su historia pentecostal, pues a partir del año de 1943, ir a la convención, representaba regresar con el bautismo en el Espíritu Santo.
A partir de este año Chuicacá se convierte en un pedazo de cielo en la tierra, puesto que todo aquel que asistía a la convención regresaba lleno del poder de Dios y por eso año con año eran miles de fieles que viajaban a Chuicacá, con la seguridad de regresar bautizado con el Espíritu Santo.

Durante esos años se llegaba a Chuicacá a pie, desde Quiché o desde Totonicapán; así que todos irremisiblemente tenían que hacer la trayectoria por los caminos polvorientos de Pachoc o de Chimente para entrar a la aldea.
Un dato muy curioso era de que los grupos de peregrinos en esta larga caminata, hacían breves descansos y mientras se servían sus alimentos o tomaban un descanso, El Señor no esperaba que llegarán a Chuicacá y en el camino eran llenos del poder de Dios, de manera que era natural ver a grupos de hermanos entrando a la aldea glorificando a Dios y hablando en otras lenguas.
Hoy la Chuicacá moderna, tiene varias vías de acceso, cuenta con luz eléctrica, agua potable y otras comodidades, que hacen más placentero el viaje; pero lo más glorioso es que Chuicacá no ha perdido esta característica maravillosa, pues todavía Chuicacá se erige como el Aposento alto de la Iglesia de Dios en Guatemala".



De izquierda a derecha el Reverendo Vergil Wolf  (Dios lo utilizó para darle la profecía al hermano Guerra, "que pronto iría a lugares lejanos a predicar la Palabra) y el hermano Enrique Guerra, en un convivio en San José de Costa Rica. 

 Obediente a ese llamado, renunció a su trabajo, a los 2 años, iba enrumbado a una tierra lejana: Costa Rica,  para comenzar una obra en Alajuela.
TESTIMONIO DEL MINISTERIO:
Después de experimentar completo éxito en el evangelismo, contar con el respaldo Divino en sanidades, prodigios y milagros, la iglesia donde había recibido sanidad creció y experimentó un glorioso avivamiento, él continuaba estudiando más la Palabra… Dios lo llama al ministerio.
Ya completamente sano, el continuó  trabajando en los bancos (su especialidad mecánica fina), vivía muy bien, porque ahora no tenia vicios para derrochar su dinero y podía dedicarse al llamado que Dios le había hecho.
La noticia de su ministerio traspasó las fronteras, el Reverendo William R. McCall, Superintendente de la Iglesia de Dios, para  el área de Centroamérica llego para hablar con el Reverendo Felix Cifuentes, pastor de mi padre, para hacerle ver la necesidad de misioneros y el interés de contar con su ministerio y “si El quería sembrar una iglesia en Costa Rica”.   El hermano Enrique, fue llamado a ésa reunión y le hicieron la propuesta “de ir a Costa Rica”, . Mi padre, vio éste ofrecimiento al cumplimiento de lo dicho por aquel misionero norteamericano en la localidad de Chuicaca, recordó las palabras dichas : “Haz sido sincero, has respondido al llamado que Dios te ha hecho, Dios tiene grandes cosas para ti él te llevará a lugares lejanos para que des tu testimonio y levantes la obra”, por el amor y entrega que tenía a nuestro Señor, no escatimo esfuerzos y comenzó a vender todo lo que tenia para partir con su familia a Costa Rica.
Para ese tiempo, únicamente habían nacido Alfredo, Carlos y Josué.
COSTA RICA.
De izquierda a derecha Josué, Isaac (en brazos), el hermano Enrique Guerra, su esposa Elsa y Carlos Enrique, en El Llano de Alajuela, 1964.
Cuando llego a Costa Rica, lo ubicaron en una ciudad cercana llamada Alajuela, ahí no había iglesia y deseaban que el plantara y levantara una.
Como mi padre había llevado todos sus ahorros, las prestaciones que le dieron en su trabajo y la plata con la que había vendido todas sus pertenencias en Guatemala,  tenia suficiente dinero para alquilar una casa y vivir holgadamente.
De izquierda a derecha: Hermano Enrique Guerra, Josué, (al frente) la hermana Elsa, Carlos, (adelante) (Atrás el hermano Luis, primer maestro de Escuela Dominical)
Después de unos meses… la plata se termino y aunque ya se había comenzado a reunir algunas personas, estas no tenían la capacidad para soportar económicamente al pastor.
COMENZÓ EL TIEMPO DE HAMBRE Y ESCASEZ..
Como mi padre tenía su profesión, pensó “que podía trabajar mientras la iglesia se establecía.  Uno de los nuevos convertidos tenía un taller de maquinas de cocer y de escribir, por lo que le pidió trabajo y comenzó a generar dinero para la familia.
En esos mismos días mi hermano mayor Carlos, callo con una enfermedad llamada Polio (Poliomielitis), ésta enfermedad afecta los huesos de las piernas y las personas no pueden caminar, pudiendo quedar postrada hasta en silla de ruedas-
Cuadro degenerativo que presenta en sus extremidades inferiores (piernas), quien padece de Poliomielitis
Mi padre al ver la enfermedad y con la fe que tenia, se dijo “no hay problemas, Dios hará el milagro” . Oró, oró y oró y mi hermano no se sanaba.


En la localidad de El Llano de Alajuela, donde inició su ministerio pastoral                 
Después de casi un mes de la enfermedad, Carlos que no podía ni moverse de la cama, mucho menos pararse o caminar; El oró con todo su corazón a Dios y le dijo: ”Dios, solo hay dos razones para que orando con fe, tu no contestes... Falta de fe o que haya pecado.  Yo se que tengo suficiente fe, ya que he orado por otras personas y estas se sanan.  Así que… Revélame cual es mi pecado, para que tu puedas actuar.”  Inmediatamente el sintió en su corazón que Dios le decía:  ”Yo no te envié a Costa Rica a arreglar maquinas.  Yo te envié a sembrar y levantar una obra.  Confía en mi y has el trabajo para el que te envié”. Mi padre le dijo: “Señor: Hoy mismo pongo la renuncia en el trabajo secular que tengo pero quiero que hoy mismo tu sanes a mi hijo”.
El se fue para el trabajo y Carlos continuaba en cama, con serios dolores y no se podía ni tocarlo porque gritaba del dolor. Renunció y regresó a la casa, únicamente saludó al entrar e inmediatamente Carlos pego un salto de la cama, cayó de pie al suelo y comenzó a caminar y a saltar completamente sano y sin dolor.
Mi padre comprendió que Dios quería que se dedicara completamente al ministerio.


José Enrique Guerra, preparado para su misión evangelizadora en El Llano, Alajuela, 1962


Pero…
Cuando se termino el dinero que había traído producto de sus prestaciones del trabajo al que había renunciado, comenzó a escasear la comida y ya no había nada que poner en la mesa.
Mi madre, habían días que únicamente servía cuatro vasos con agua. Un hábito que siempre estuvo en el hermano Guerra, era el orar por todos los alimentos, agua, frutas, lo que estuviera a punto de ingerir.  Cuando estábamos orando por el agua, alguien tocaba la puerta llevando algo de comer.  A veces un pollo, otros carne o algún tipo de comida.
Dios siguió haciendo milagros referente al dinero y a la comida, hasta que un día… apareció un hombre vestido con un traje blanco.  Tocó la puerta y mi padre fue el que le abrió.  El hombre no hablo ni una sola palabra.  Únicamente hizo señas hacia el suelo, señalando una bolsa grande llena de compras de supermercado y un fajo de billetes encima de la bolsa.
Mi padre pregunto: ¿Esto es para nosotros?  El hombre movió su cabeza, asintiendo afirmativamente.


Mi padre le dijo: “Entre por favor para orar y darle gracias a Dios”.  El hombre entró y mi padre cerró la puerta.  Mi padre muy impactado y emocionado por el milagro que se estaba dando, dio gracias a Dios por esa bendición y cuando quiso imponerle las manos en el hombro al caballero vestido de blanco, simplemente no lo encontró, pues mi padre oró con  los ojos cerrados.  Al abrirlos para buscarlo… ya no estaba.  Lo buscó en la casa, salió a la calle y no lo encontró.
Mi padre siempre nos decía: “que no podía asegurar que ese hombre fuese un ángel, pero que tampoco lo podía negar”
El asunto es que después de ese día… las bendiciones comenzaron a llegar como lluvia.  Las personas comenzaron a sanarse, a restituirse y la iglesia se lleno de tal manera que ya no cabían las personas.


El hermano Enrique Guerra y su esposa, Elsa.
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